Leí el otro día documentándome sobre Lean una frase de Henry Royce, cofundador de Rolls Royce…

 Todo el tiempo que se está trabajando con el producto se añade a su coste, pero no necesariamente a su valor

Eso, a un adicto al café como un servidor, le hace pensar que cada café que tomo (con su tiempo que pierdo) le cuesta a mi producto 40 céntimos (que vale en café) y unos 6 euros de mano de obra si, cobro esa miseria.

Llevado a otro extremo cada llamada que cojo que puede ser un email y me lleva 10 minutos le suma 3 euros. Cada email que recibo que podría ser una tarea incluida por el cliente en nuestra extranet son otros 3 euros. Cada vez que llamo para decir que algo está hecho en vez de enviar una notificación automática son otros 3 euros. Cada factura que envío manualmente son 0.37 € de sobre + 3 euros de mano de obra + 0.70 € de sobre… cada vez que imprimo y clasifico un papel en vez de adjuntarlo directamente son 3 euros… y cada vez que escribo un parte que después otro tiene que «pasar al ordenador» son unos 6 euros (3 del que lo escribe en papel y 3 del que lo pasa al ordenador y no contamos el papel y el envío)…

¿Estáis ya asustados? ¡¡Yo si!! Pero la verdad asustarnos algunas veces nos mantiene activos así que estos días que ando reflexivo estoy desarrollando una calculadora de sustos tecnológicos para mi empresa, en cuanto la acabe prometo incorporarla al blog. Os recomiendo que hagais ese mismo ejercicio en un excel mientras para iros asustando un poco…

Después de ese desparrame estadillo de costes todo eso va, junto con nuestro margen, directamente al precio de nuestro producto.

Precio de venta = coste del producto + margen de beneficio

¿sabéis exactamente cuanto de vuestro precio de venta se va en esos costes inocentes que disminuyen nuestro margen? Pues según un estudio de la universidad de la experiencia de un servidor, que tiene cero validez puede rondar el 30% fácilmente.

¿Os imaginais bajar ese 30% y convertirlo en un producto con un 15% más de margen y un 15% menos de precio? Eso se llama PRODUCTIVIDAD (que está de moda) y sólo se consigue en el país de las maravillas y en las empresas que analizan constantemente esa frase inicial y la desmenuzan de manera constante y repetidas veces.

…y aunque el tema era otro… ¡a por la productivad PYMEs!