
Con trabajar duro, ya no llega: El pensamiento lateral.
Siempre he sido un gran defensor del trabajo duro. En mis andanzas, cuando hay algún problema, siempre se soluciona con dedicación y esfuerzo. Probablemente un esfuerzo desaforado y una dedicación extrema pero en mi visión los problemas se solucionan así.
¿A qué viene esta frase entonces?
Este mes dos clientes/amigos de muchos años han cerrado. ¿Ha fallado el trabajo duro? Apostaría a que no, estaban en el club de los «aficionados al trabajo» como un servidor. ¿Han fallado las ideas?, ¿el modelo?, ¿el sector? No me he atrevido a preguntar… pero uno se atrevió a contármelo igual.
¿Qué ha podido fallar?
Uno de ellos se sentó conmigo mientras estructurábamos la deuda y me habló del «pensamiento lateral«. Me quedé como estaba, pero siguió. Todos los días llegaba a la oficina como quien llega a una guerra, trabajaba como un animal quitando trabajo y se iba para casa con la sensación de haber arreglado todo. Cada día lo mismo y siempre con la sensación del trabajo bien hecho.
¡Pues no!, no está bien hecho. Tenía que haber levantado la vista del trabajo que te llena del día a día y de su forma de resolverlos y cambiar. No es cambiar tu trabajo diario, sino la forma de resolverlo. Quizá con una solución diferente o un enfoque nuevo le hubiese quedado tiempo para ver números, mirar cómo iba el negocio o darle otra vuelva a la comercialización.
¿En serio?
Me lo tomé a broma. Claro que es mejor resolver los problemas de una manera diferente y más optimizada pero… ¿en serio crees que mi trabajo del día a día se puede hacer de otra manera?, ¿crees que si hubiese otra forma no me habría dado cuenta ya? Dudé de él hasta que me enterró en mi propio sector y en tres frases…
– ¿Cuánto tiempo llevas trabajando?
– 16 años – le dije.
– ¿Hay algún proceso importante que hagas igual que hace 16 años?
– Pues… un montón de cosas (esto lo dije casi avergonzado)
– ¿Crees que el mundo se parece al de esa época?
– … – terrible silencio.
Yo me dedico a esto de las tecnologías y no había caído. Si llevo muchos años haciendo algo de la misma manera ese proceso está estancado. El mundo en el que pensé eso ya no existe, siguió girando y ahora es otro… pero mi proceso perdura… algo falla.
Conclusión
Ya lo dijo Pirelli en un anuncio allá por los 90 (hace 20 años)… La potencia sin control no sirve de nada. Hay que trabajar duro, eso está claro, pero con control, mejora y optimización de procesos. ¡Levantemos la cabeza y a mirar PYMEs!
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